Estar muy dotado en el plano escolar no significa ser superdotado (Un desarrollo homogéneo)

 

 

Hablamos ahora de los chicos llamados “superdotados”; hemos recibido una serie de cartas sobre este tema. Veamos primero el testimonio de una corresponsal que describe los progresos de su hijo (que tiene ahora veintidós años, pero la corresponsal nos da su historia); esta madre nos dice que el chico comenzó a nadar a los siete meses, que era formidable, extraordinario. “A los tres meses se puso a gorjear como todos los niños, pero éste se interrogaba sobre los sonidos que emitía, se observaba, volvía a lanzarlos para estar bien seguro de que era él quien hacía aquel ruido. Al nacer vio muy pronto y a los diez días no podía uno dejarlo vuelto contra la pared porque quería ver lo que pasaba en la habitación.” No sé si ésta es la definición de un niño superdotado. En todo caso esta señora lo piensa: “Sería menester que los padres sepan reconocer esta clase de niños y no los tomen por chicos con perturbaciones de carácter o por inadaptados, porque a veces pueden parecer eso si uno no sabe comportarse convenientemente con ellos. Y acaso tampoco los profesores sepan cómo adaptar la educación a esta clase de niños, que por momentos son diferentes de los demás”.

 

Tenemos aquí otra carta que se refiere a un muchacho que lee doce libros por mes a los once años; me parece que de todas maneras es una cantidad notable. Los padres están sorprendidos por la diferencia que hay entre el desarrollo físico y el desarrollo intelectual de este niño que, por lo demás, sufre sin razones médicas, de dolores de cabeza desde los seis años, cuando ingresó en el curso preparatorio. Es un alumno muy brillante. Pero, según escribe la madre, tiene una letra espantosa, circunstancia que lo mortifica mucho.

 

¡No es cierto! La escritura (la madre nos envió uno de los deberes) no es espantosa, es sólo un poco torpe. Es la letra de un chico muy nervioso. Creo que si aprendiera a escribir a máquina esto lo ayudaría mucho, ya que es un alumno bien dotado, con gustos literarios, a quien le gusta estar tranquilo y trabajar bien. Que lo haga lo más pronto posible. Esto es algo que los padres no saben lo suficiente. ¡Es una lástima que los profesores rechacen los deberes escritos a máquina! Están equivocados, porque saber escribir a máquina es para un niño de once años una adquisición magnífica.

 

Que más adelante es útil.

 

Si. En los Estados Unidos hasta hay escuelas en las que está prohibido entregar un deber escrito a mano: debe estar escrito a máquina ¡Y eso es muy inteligente! No se trata de prohibir la escritura manuscrita, pero sería bueno que pudiese entregar un deber escrito a máquina o bien escrito a mano; escribir a máquina es una adquisición para toda la vida.

 

Para terminar con esta carta, diremos que, por otra parte, este chico difícilmente hace amistades con sus compañeros de clase, considera que sus condiscípulos son tontos, admite en su cuarto y en sus juegos al hermano, pero rechaza a la hermana a la que llama “chinche”. Por la noche hace mimos a la madre, pero no al padre. La señora aclara que el padre a menudo debió ausentarse y que los hijos sufrieron por esa ausencia. Ahora eso marcha un poco mejor.

 

Estas dos cartas plantean en términos muy generales, digamos, el problema de los superdotados.

 

Si. Ha de saber usted que este problema de los niños llamados superdotados ya fue abordado en otros países, especialmente en Inglaterra. Hasta se han creado escuelas para superdotados, que, a mi juicio y a juicio de muchos, son una catástrofe, como toda segregación de niños “que no son como los demás”.

 

En Francia, esta cuestión comienza a interesar seriamente y se sabe que es posible detectar las aptitudes de un niño a partir de los cinco o seis años gracias a ciertos tests, especialmente el test que se llama test de Wichs y que no se refiere únicamente a la escolaridad. El hecho de estar muy dotado en el plano escolar no significa que un niño sea superdotado, si no tiene también una enorme curiosidad por alguna disciplina particular, si no tiene un vivo interés por desarrollarse y hacerse creador. Interpretando el test de Wichs, uno puede decir que un niño está más dotado que otros a partir de un cociente de inteligencia que en este test es de aproximadamente 140.

 

¿Es decir que uno puede tener un cociente intelectual muy elevado y no estar realmente dotado en otros dominios?

 

Si, justamente en casos en los que se muestra un cociente importante, no en el test de Wichs, sino en ciertos otros tests que son sólo intelectuales y que no son al mismo tiempo tests de motricidad, de curiosidad, de creatividad, etc. Cuando ciertos niños se manifiestan superdotados sólo en el terreno escolar, hay que lamentarlo casi, porque esa circunstancia indica que tienen la obsesión de alcanzar éxito en la vida escolar, de ser los primeros, siendo así que no sienten curiosidad por las otras cosas de la vida y que no tienen deseos de desarrollarse en una determinada dirección.

 

En primer lugar, si un niño se manifiesta superdotado en la escuela, ha de tener también esparcimientos o encuentros con personas que le enseñen un arte o una disciplina que a él le atraiga especialmente (la historia, la literatura, etc.). Pero debe permanecer en clase con niños de su edad. Si no se hace así, se lo convertirá en un niño aparte y sufrirá mucho por esa circunstancia. Es una cuestión de nivel de madurez.

 

Ese jovencito de once años del que hablábamos hace un instante, que hace mimos a la madre, siendo por otro lado un niño bien dotado desde el punto de vista mental y literario, pues bien, es un niño que está en peligro. Se trata mucho más de un niño al que hay que brindar cuidados que de un niño al que pudiera llamarse superdotado y precoz para su edad cuando era muy pequeño, no sé. Pero de todos modos, un niño precoz comienza a andar a los nueve meses o nueve meses y medio. La inteligencia es primero inteligencia motriz, luego inteligencia verbal, es decir, que el niño es primero muy precoz para la marcha, para la destreza corporal y manual y para la palabra. Y esos niños son también pesados y molestos por el hecho de que lo desordenan todo sin cesar. Muchos padres los abruman con prohibiciones de actuar y hablar, porque les cansan los niños superdotados. Ésa es justamente la razón por la cual ahora se trata de descubrir desde muy temprano a los niños dotados: para darles ocupaciones convenientes y ponerlos en contacto con los demás y con lo que les interesa.

 

Estos niños que aprenden con gran facilidad suelen no interesarse en nada de lo que les pueda ofrecer la escuela ordinaria. Hay que estimularlos con otras cosas, como la música, un arte, actividades creadoras. Desde hace poco existe en Francia un club de esparcimientos artístico para “jóvenes brillantes” que se llama Jóvenes vocaciones artísticas, literarias y científicas. Los niños que siguen las clases propias de su edad pueden encontrar en este lugar actividades que ellos mismos desearon desarrollar y no que sus padres eligieron para ellos: eso es muy importante pues muchos padres “empujan” a los hijos a actividades, y en el caso de los superdotados no es ése el espíritu con el que hay que tratarlos.

 

Todo el trabajo que aquí tiende a hacer que los niños hablen perfectamente y sean diestros con su cuerpo cuando son jóvenes. Una vez conseguido estos tal vez sean niños superdotados o tal vez no lo sean. Pero por lo menos los que son superdotados no habrán sido echados a perder; quiero decir que no se contrariaron sus ritmos propios, que no los obligaron demasiado pronto a utilizar el orinal, que los dejaron expresarse tanto de manera verbal como de manera motriz e industriosa. Desgraciadamente hay niños superdotados que parecen en cambio niños retrasados, porque desde la más tierna infancia los padres contuvieron sus iniciativas, los dejaron abandonados a la soledad de sus pensamientos y de sus juegos, a veces los hicieron sentir culpables por sus deseos de independencia, de acción, de saber, de no ser “juiciosos”.

 

Eso es precisamente lo que decía nuestra primera corresponsal.

 

Superdotado cuando se es muy pequeño no quiere decir que sea superdotado en sí mismo ni al crecer. Hay que estudiar a esos niños y ayudarlos sin hacerles daño. Lo que hay que organizar son lugares en los que puedan hallar respuesta a lo que buscan, lugares que les interesen, en los que obtengan información y encuentren personas calificadas en las técnicas y conocimientos que les atraen, sin dejar de respetar las iniciativas individuales o de los grupos de niños.

 

Siempre sobre niños superdotados, una corresponsal le escribe refiriéndose a su hija que en la actualidad está dos clases adelantada: “La he oído pronunciarse contra la precocidad escolar y especialmente contra los niños que saltan grados. Y, sin embargo, cuando mi hija tenía ocho años me sentía con ella como una gallina que ha incubado un pato o más bien como una pata que ha incubado un cisne, porque realmente era de una precocidad extraordinaria”. Para resumir rápidamente esta carta, diremos que se trata de una niña que despertó muy temprano: a los seis meses, salía sola de su cuna y apoyándose en los codos se llegaba hasta la sala para estar con todo el mundo. A los nueve mese subía y bajaba por la escalera sola y gateando sin rodar.

 

Lo cual es realmente excepcional. Era una niña que tenía una extraordinaria avidez de vivir en todos los planos.

 

Si. Y en seguida se la consideró como una nenita bastante dura, no muy cariñosa, muy resistente al dolor, temeraria, atrevida y también agresiva. Arañaba a las personas que no le gustaba o que se acercaban demasiado a ella. Esta particularidad hacia que se desarrollaran escenas de este estilo: una señora se inclinaba hacia la niña; “Cuidado, señora”, advertía la madres, “es muy salvaje y capaz de rasguñarla” “¡Pero eso no es posible!¡Es tan rica, tan mona!” y ¡Zas!, la manita lanzaba su zarpazo y, a pesar de las uñas cortas, dejaba una marca en el rostro de la señora sobresaltada y, por supuesto, furiosa contra la madre. Luego la chica mostró un don de imitación extraordinario y una memoria fenomenal. A los treinta meses cuando fue al jardín de infantes la maestra declaró: “No podemos tenerla aquí”. Aprendió a leer y a contar en tres meses. Una vez que supo leer se puso a devorar libros; aquí tenemos esa cuestión del diccionario…

 

Si, una cuestión que preocupaba hasta la madre.

 

¡Así es!, la madre escribe: “La chica comenzó a aprenderse el diccionario de memoria. Nos salvó de esa situación el hecho de que llegaran las vacaciones que interrumpieron esa actividad”. Luego quiso hacer trabajo de punto, pero la madre le encontraba demasiado pequeña. Sin embargo, la niña se obstinó en aprender esa ocupación, furiosa porque no le salía bien, pero al fin también logró dominarla y muy, muy rápidamente.

 

Es lo que se dice una chica voluntariosa.

 

Lo mismo puede decirse de las actividades extraescolares: la equitación, la gimnasia. Es muy hábil montando a caballo. En cuanto a la música, quiso aprender a solfear. Le dijeron que eso era demasiado complicado. Pero al terminar el primer trimestre, Salió cuarta en el concurso de piano.

 

La madre le habla a usted luego de la actitud del abuelo y del padre ante esta pequeña. Ninguno de ellos se había interesado al comienzo por la chica: habían conservado cierta distancia respecto de aquella nena que no se parecía nada a una niña habitual ¿Le interesa ese pasaje?

 

Si, porque el padre se ocupaba mucho de sus hijos, de su hija mayor; pero esta chica sentía que se la sometía a un exceso de tensión y se ponía agresiva con el padre. Si, los niños que desean demasiado intensamente no saben cómo comportarse y se hacen un poco agresivos. De manera que el padre estuvo acertado al dejarla vivir sin ocuparse demasiado de ella en aquel momento. También el abuelo la dejaba un poco de lado, no sabiendo cómo portarse con semejante naturaleza.

 

Y de pronto un día, la chica le hizo una pregunta muy sorprendente sobre una poesía de Ronsard que había leído y que sabía enteramente de memoria; la pregunta se refería a una construcción en francés antiguo y la niña quería saber lo que aquel giro quería decir: A partir de ese momento, el abuelo se interesó por la nieta y se puso a hablar con ella.

 

La madre estuvo muy inteligente también en su manera de proteger a la niña contra sí misma, pues la dejaba vivir con bastante libertad, cosa que la gente le reprochaba. Pero ¿qué otra cosa podría haber hecho? Por otro lado y muy juiciosamente, esta madre fue a ver una o dos veces a un pedopsiquiatra y a un psicólogo quienes le declararon que la chica era completamente normal y que sencillamente poseía un cociente de inteligencia muy elevado, dos o dos años y medio por encima de su edad, y un buen desarrollo homogéneo tanto motor como afectivo. En efecto, se trata de una criatura excepcional.

 

Y los demás chicos la adoran. Se hace amigos en todas partes y todo el mundo la quiere. Ahora ya no es agresiva con los otros niños.

 

Eso es muy importante. Se trata de una niña normal. Como dice la madre: “No es una perfección. Tiene defectos”. Por lo demás, la madre no la considera una superdotada.

 

La cuestión que plantea esta corresponsal es la siguiente: “En nuestro sistema de enseñanzas están previstos muchos cursos de recuperación, de mantenimiento escolar, etc. Pero, no hay realmente estructuras para niños que están adelantados respecto de los demás. Por nuestra parte, hemos adoptado esta solución (hacerle saltar dos clases). ¿Piensa usted que esto pueda perjudicarla?

 

No, creo que han hecho muy bien, pues la chica se interesa por todos. Cuando un niño está adelantado en todo su desarrollo y no solamente en la inteligencia escolar, saltar cursos, en casos excepcionales como éste, no acarrea inconvenientes. Hay niños que necesitan absolutamente el ritmo de vida y de instrucción de otros mayores que ellos. Pero aquí hay una condición: su desarrollo debe ser homogéneo. Porque en efecto, vemos niños muy agudos desde el punto de vista intelectual que no saben vestirse solos, que no se ocupan de otra cosa que de su vida imaginaria, que no saben desenvolverse ni en la realidad ni en la sociedad. En verdad, están retrasados en el plano afectivo y son niños muy pegados a su madre. Desde luego que esos niños no son superdotados, pues no tienen un desarrollo homogéneo. El niño superdotado es aquel que posee un temperamento rico, que quiere de todo, como suele decirse, y que se protege también contra lo que pueda interferir en sus deseos y en su vida. A veces por desgracia se convierte a niños superdotados en criaturas de mal carácter, cuando se los quiere frenar; hacer entrar en vereda, someter; porque ya tienen mucha iniciativa; pero estos niños precoces en cuanto a la motricidad, la curiosidad, la destreza manual, los deseos, resultan fatigosos para los padres.

 

Lo importante es que esta niña no haya saltado clases en el curso de su escolaridad, pues aquí se plantean problemas. Entró directamente en el curso preparatorio a los cinco años. Luego al terminar el CEI, como sabía todo, la maestra dijo: “Esta chica tiene que ir a otra clase, porque en la siguiente se repite más o menos el CEI y seguramente va a aburrirse”. Esa solución no es mala, puesto que en realidad la niña comienza su escolaridad en las clases que responden a sus intereses de ese momento. Lo malo es cuando un niño salta la clase del séptimo, por ejemplo, o de octavo, cuando ya se había hecho camaradas y acostumbrado a ellos. Pero en este caso la chica ingresaba en una clase que podía responder realmente a su necesidad de trabajar, a su rapidez de aprender, pues ciertamente, aprende todo muy rápidamente y la maestra no sabe como mantenerla ocupada.

 

La madre quiere saber si llegará un momento en que la niña flaquee. No lo creo. En todo caso, no es terrible. Si realmente se advierte que la pequeña no se encuentra a sus anchas en una clase ulterior, siempre podrá permanecer dos años en el mismo curso, tal vez cambiando de escuela o también de la misma escuela si cambia de maestra. Nada puede saberse de antemano. Lo cierto es que tiene muchos otros intereses y muchos amigos. Es una niña de desarrollo completamente homogéneo que no tiene las dificultades de otros niños aventajados desde el punto de vista escolar. Debe uno preocuparse cuando el progreso escolar está adelantado y el resto de la persona no lo está en la misma medida. Pero ésta es una niña que me parece bastante excepcional. Felicito a los padres por haber sabido criarla sin desanimarla cuando siendo pequeña se mostraba tan agresiva y tan independiente.